Me los cargé a todos.
Y ni pizca de remordimiento, oiga....
Pero las cosas como son. No ha sido nada fácil.
A mi no me adiestraron para matar, mi teniente,
sólo es que tengo una vena muy mala, usted ya me entiende.
La paciencia no es mi virtud principal.
La he tenido que desarrollar,
pero con su ayuda y la de Dios,
lo conseguiré.
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